martes, 25 de febrero de 2014

SUDAMERICANO DE CROSS COUNTRY


 SUDAMERICANO  DE CROSS CONTRY 


Salimos de Montevideo a las 08:30 aproximadamente, con el bus casi repleto comenzamos con el largo trayecto, que me era hasta la mitad más o menos conocido, ya que el año anterior el campeonato  fue en Concordia y justamente pasamos por ahí, fue tan parecida la primer parte que hasta demoramos casi lo mismo para cruzar la aduana, unas dos horas, que por supuesto se iban sumando al tiempo final que demoramos en llegar. Luego de cruzar ya eran como las cuatro de la tarde, se había establecido que para que el viaje sea menos duro a nivel muscular, en parte del trayecto pararíamos para poder correr un poco y renovar la sangre de las piernas que son las que más sufren. Lo hicimos en Concordia, Andrés Zamora que había estado hace poco más de un mes, recordó que había un parque donde podríamos correr y que también había lugar para ducharse, que era bueno por como venía la mano con el calor. Yendo al lugar como no podía ser de otra manera nos perdimos pero dimos rápidamente con el lugar, llegados y desembarcados se dividieron los grupos que iban a correr y salimos. El parque era un lugar fantástico, con caminos de tierra y piedra, unas buenas cuestas y un excelente paisaje, lo que no estuvo tan bueno fue la sensación que sentí al correr, nunca me dolieron tanto las piernas, y creo que unos cuantos lo sintieron. Terminado eso fuimos a los vestuarios y nos  bañamos uno veinte varones en un lugar muy pequeño, con el piso todo mojado y con solo dos duchas, pero los hombres son hombres, y nos desenvolvemos en cualquier lugar.  Seguimos el viaje, se empezó a hacer de noche, los juveniles y los menores comenzaron a hacer juegos con cartas y nosotros, cinco de los seis mayores más Martin Mañana que estábamos atrás conversábamos de cualquier bobada, como todo hombre.
Llego la hora de repartir la cena, que eran unas bandejas con pascualina y torta de fiambre, fue algo temprano pero había hambre en el equipo. Luego de eso siguieron jugando un poco más hasta que empezamos a prepararnos para dormir, cosa que no quería, por un lado porque es realmente incómodo para las personas largas como nosotros encontrar una comodidad en esos asientos, más allá de que era un buen bus, llegaríamos a las 08:00 de la mañana y eran las 22:00 recién, era obvio que me iba a despertar varias veces adolorido en la noche y sucedió.
Me desperté a la medianoche, mire hacia el costado y todos dormían, me acomodé los auriculares  y seguí durmiendo, ya empezaba a sentir un poco de calor. Pasaron dos horas y estaba transpirando, mucho, mire  por la ventana y no había campo, estábamos en una ciudad, hacía mucho calor dentro del ómnibus, o por lo menos en la parte de atrás, el aire estaba muy espeso. Se habían despertado también los demás mayores, nos pasamos la botella de agua y nos desvelamos un poco hablando, hasta que nos volvimos a dormir. Cuando volví a despertarme estábamos como saliendo de un pueblo, eran casi las siete de la mañana, hasta que llegamos a la frontera con Paraguay. Muertos de hambre comimos las reservas que tenían Andrés Zamora y Santiago Godoy, que rápidamente se acabaron. Estuvimos más de  una hora  esperando los trámites en la aduana, hasta que volvió a arrancar el bus. Ya estábamos en Paraguay, se veía campo al principio, era muy espesa la vegetación y repetíamos palabras como “selva, selva” o “buena selva”  entre otras pavadas. De un momento a otro dejamos de ver campo y luego de cruzar un puente por encima de un rio que supongo seria el Paraná y si no era me da lo mismo, es el único rio que conozco en Paraguay, empezó  a aparecer la ciudad. Estuvimos como veinte minutos hasta que tomamos un camino, se detuvo el ómnibus, fue para preguntar cómo llegar al complejo del Comité Olímpico Paraguayo donde nos alojaríamos, el ómnibus volvió hacia atrás, se había equivocado, luego de cruzar una avenida transitada paso una camioneta de la policía, a quienes le preguntaron y nos guiaron, era por un camino de tierra en el que iban a construir una nueva calle, además era en subida y ya estábamos diciendo bobadas como que “ahora se da vuelta el bus”  o “ nos están llevando para cualquier lado” ya que no se veía nada, pero era muy cerca de donde estábamos al inicio y llegamos enseguida.
El lugar era un predio inmenso, donde había un complejo de edificaciones donde estaban repartidas las diferentes habitaciones, también tenían una sala de conferencias y un comedor bastante grande. Me llamó la atención que si bien funcionaba la parte central que ya nombré, el lugar estaba muy abandonado, lo habían dejado estar, parecía como la escena de una película de terror donde se ve claramente que en su tiempo fue una gran estructura, las calles que estaban asfaltadas estaban agrietadas y con pasto en las rajaduras. Los pastos estaban muy altos y recuerdo pasar corriendo por la cancha de futbol que en la tribuna le faltaban butacas, parte de ella que era de cemento estaba desbarrancada, en la parte de atrás en donde daban los vestuarios estaban los vidrios rotos y algunas puertas también. Había también una cancha de beach soccer que aparentemente si la estaban usando y una de rugby, daba la sensación de que  estaba tratando de recuperar ese complejo, al lado estaban construyendo una cancha de hockey sobre césped que estaba quedando excelente, también estaba la asociación de  golf de Paraguay  en la que estaban construyendo también. Desde adentro se apreciaba que era una edificación con algunos años, pero no estaba mal, calculo que dentro de las posibilidades del deporte no podían por ahora darle una lavada de cara. Pero no  dejemos que esas apariencias nos engañen, por dentro no era un hotel 5 estrellas, pero debo resaltar que las habitaciones tenían en su mayoría aire acondicionado, las camas eran inmensas y teníamos agua para beber todo el día a cualquier hora y bien fría. Todas las delegaciones menos la paraguaya estaban alojadas ahí, no hubo ningún problema con ninguno y reinó un entorno amistoso antes, durante y después de la competencia.
Luego de ubicarnos, y descansar en las habitaciones designadas, nos dirigimos a reconocer el circuito, era en el jardín botánico de Paraguay. El circuito era de 2.000m, normal, sin grandes complicaciones, alguna subida, bajadas, partes donde había más pasto, más arena, tierra etc. Lo corrimos todos juntos, los 36 atletas, los entrenadores y el guía que nos lo enseñó. Ya conocíamos el circuito, ahora solo restaba descansar para llegar lo mejor posible.
Al día siguiente, el desayuno a las 07:30, yo como muchos me levanté  media hora antes para entrenar, ya que después nos íbamos a un shopping a hacer compras. Volvimos temprano de allí porque el delegado y los entrenadores debían asistir a la charla técnica del campeonato. Allí hablarían de todo lo respectivo al campeonato, que luego nos trasmitirían. Debo reconocer que nuestro equipo técnico trabajó de forma muy profesional, asistiendo, aconsejando y sacando dudas de todos los que las tuvieran. Trataban de darles confianza a los más chicos, menores y juveniles que para algunos era su primera vez en una selección nacional, y aún más, su primera salida fuera del país. Creo que lo necesitaban para sacarse un poco de presión que no tenían, si teníamos los mayores, teníamos una selección con nombres que debíamos hacer respetar.
Hablando un poco  de mí,  yo solo quería recuperar mis piernas, las sentía muy raras, estaban aún hinchadas y cansadas, venia de tres semanas duras, de ir y venir, de hacer cosas constantemente y poco descanso. Las sentía pesadas, inclusive cuando reconocimos el circuito de la carrera me costó mucho correr, pero confiaba en que si descansaba bien lo que me quedaba de tiempo podría hacer una buena carrera. Fueron unas 36 horas de descanso, un poco de masaje que me hizo Martin Mañana para tratar de sacarme la contractura que aún tenía de la semana pasada, y mucho hielo. El día de la carrera amenazaba con temperaturas que podrían superar los 40° , por eso tome tanta agua como nunca lo había hecho, recuerdo salir el día anterior de la carrera del comedor y era tanto el calor, que sentías que te abrazaba y no te dejaba hasta que volvías a un lugar con aire acondicionado. Sumando también la humedad que era bastante y  que mi carrera sería a las 07:30 de la mañana, nunca corremos a esa hora en Uruguay, pero apostaba por recuperarme y sentirme bien.
A las 05:00 sonó el despertador, era de noche, había que  levantarse desayunar y partir al jardín botánico. Luego de que llegamos pasaron algunos minutos antes de comenzar la entrada en calor, ya veía y sentía mis piernas un poco mejor. Entramos en calor todo el equipo, iba todo bien hasta ese momento, no fuimos al lugar de largada, nos juntamos, nos dimos fuerza y  nos deseamos suerte.
Recuerdo mi primera selección nacional, también fue en un Sudamericano de Cross Country, yo era juvenil, y los menores y juveniles veíamos a los mayores como a lo que aspirar, la meca, como los que realmente defenderían al país, los más fuertes. Era como ser pequeño y mirar hacia arriba y verlos ahí, y creo que era porque ellos tenían años entrenando y su nivel era para nosotros muy bueno, lejos de si después ganaron o no, así lo sentía yo. Casualmente Pablo Gardiol y Andrés Zamora formaban esa selección de mayores, quienes eran mis compañeros de equipo ahora.
Había cuatro equipos completos, Brasil, Paraguay, Perú y nosotros. El año anterior habíamos quedado segundos por equipos, con un campeonato con menos nivel y con nuestra selección con altibajos de rendimiento, en el cual me incluyo, ya que esa vez corrí muy mal.
Este año teníamos a seis hombres corriendo en 30m, era algo soñado, éramos un equipo fuerte para la región y muy parejo.
Si hay algo que definió en parte el resultado final, fue el trabajo en equipo. Nadie buscaba lucirse, ¿porque? Un Cross Country no es una carrera de calle o de pista, si las haces las pagas, y muy caro. Largamos 24 competidores, los brasileros tomaron la punta rápidamente, como contaba, y a diferencia de las otras carreras, el ritmo debe ser controlado, por uno mismo, el sentido de sensación debe estar al máximo, porque no hay parámetros de cuál es el ritmo correcto, por eso la primera vuelta fue un poco rápida, amontonada y tratando de pasar gente. También debíamos prestar atención a los obstáculos del circuito, tipo de terreno y algún que otro tronco y raices que había que saltar por  todo el camino.   Tratamos de ir juntos lo más que pudimos, porque eso define como termina ubicado el país al final de la competencia, pasar competidores y no dejar que te pasen, acá no hay cronos, no hay tiempos, es posicional al cien por ciento. De tal forma que Martin mañana tenía una planilla hecha a mano donde anotaba las posiciones de todos los competidores cada vuelta para controlar como veníamos por equipos. Algo muy gracioso fue que en la tercera o cuarta vuelta escuché que nos dijo vamos primeros, cosa que dudé, al igual que todos, ya que estábamos algunos puestos más atrás de las primeras tres posiciones, pero al final veníamos segundos, el problema fue que no vio a un brasilero pasar y eso hizo la confusión. Íbamos segundos  peleando mano a mano con Perú, eran los que teníamos en el medio de nosotros, y pasarlos o que te pasarán podía significar mucho. En la segunda vuelta nuestro equipo quedó dividido  en dos pelotones, tres uruguayos más algún otro extranjero en cada uno, y de ahí a remarla las cinco vueltas que quedaban. Mi primera vuelta marco 6’16’’, la segunda 6’38’’, y me dije, como viene la mano voy a terminar corriendo en 7’00 la vuelta. A partir de que comencé la tercera, ya las piernas empezaban a pesar, y al finalizar marcó 6’35’’, era bueno pero costaba cada vez más levantar las piernas, la respiración era corta y rápida, y se sentía como que venía arrastrándome. Hay algo que he confirmado y es que en el Cross Country no puedes correr más rápido de lo que vienes, a no ser que te juegues al último tramo de una vuelta, llegas con el combustible justo para terminar, no puedes pasar el cambio y vienes a una velocidad que lo único que determina si corres bien o mal es aguantar el ritmo, o sea, intentar correr más rápido es un suicidio, por eso solo debemos tratar de que no caiga el ritmo. Si hay algo que demostró que todo el equipo corrió parejo fue que después de la segunda vuelta donde quedamos acomodados prácticamente como terminamos, fue que hasta casi terminar la carrera todos íbamos a la misma distancia, o sea, cuando nos ubicamos, Santiago Casco y Martin Cuestas iban a unos cuarenta o cincuenta metros delante de mí, Andrés y Santiago Godoy,  más atrás venia Pablo, que le llevábamos más o menos la misma distancia, es decir los seis veníamos en una distancia de poco más de cien metros, que no se prolongaba, eso significaba que veníamos al mismo ritmo, independientemente de que fuéramos separados.  Mi cuarta vuelta fue 6’36, y terminé con un 6’40’’, fue una muerte controlada. Fueron 39’minutos de sufrimiento que valieron la pena, habíamos robado a Perú como también Brasil lo hizo con nosotros, repetíamos la plata por equipos del año anterior y nos hicimos respetar.  Descansamos un poco y tomamos mucha agua luego de llegar , pero no había terminado ahí, ahora debíamos alentar a las categorías que seguían al igual que ellos lo hicieron con nosotros, corrimos de un lado para otro por los puntos donde los veíamos pasar para darle nuestro aliento. Pasaron algunas carreras más hasta que el crédito nacional Aldana Sabatel largaría en la categoría juveniles, ella que el año anterior ya había sido medalla buscaba defender su título.  Aldana es una chica que corre con su talento pero a la vez corre a “huevo”, no era fácil estar en sus botas, tener condiciones y ser favorito nunca lo es! Y siempre termina consiguiendo los resultados, además se le suma que es una chica súper tranquila y muy humilde. Los entrenadores sabemos que muchas veces sacar medallas en categorías como menores o juveniles solo significa que ese atleta tiene talento y que viene trabajando bien, y que cuando cambie a categoría mayor si se verá el buen trabajo realizado o no cuando compita. Ella es una persona que se ve que no está apurada por los resultados, y es lo correcto, la queremos y la necesitamos como mayor. Cerraron el campeonato las mujeres menores, luego se entregaron las medallas individuales, donde recibió la suya Aldana, cuando culminó eso y después de sentirnos realizados como equipo nos fuimos al complejo, a ducharnos y almorzar, más tarde saldríamos de nuevo a hacer compras para luego volver, aprontar las maletas, ir a la entrega de premios por equipos y la cena final.
La entrega de premios fue en la sala de conferencias, habían armado mesas donde luego cenaríamos. Los primeros en subir fuimos los mayores, luego fueron desfilando las demás categorías, y desde que comenzó la premiación hasta que nos fuimos, solo se escuchaba el grito de Uruguay, Uruguay por parte de todos los integrantes de nuestra delegación. Como mayor fue increíble ver cómo los más chicos defendían a la selección, no dejando nunca que ninguna otra aliente más que ellos, estaban orgullosos de ser parte de ella y la defendían a muerte, me decía a mí mismo, esto es increíble!
 Luego de entregar los premios hubo una muestra de danza típica y le siguió un grupo de baile que si mal no recuerdo se llamaba Zumba, Zamba o Samba, algo así, que bailaron unos reggaetones y demás, luego de la primera canción, y después de ver a muchos bailar en sus lugares de la mesa los invitaron a subir al escenario,  que por supuesto se llenó, en su mayoría por los uruguayos que nada tenían de vergüenza ni timidez. Terminada la presentación del grupo empezó la cena y luego pusieron música, bailaban juntos todos los países, fue algo muy  lindo de ver. 
Llego la hora de irse, juntamos todo y como dijo palomo, yo de aquí me las tomo! Nos despedimos de varios atletas que conocimos y de las personas que trabajaron en el complejo, subimos al ómnibus y empezamos el viaje a casa. Hasta que pasamos la aduana en Paraguay para entrar a Argentina los chicos escuchaban música, bailaban y jugaban dentro del bus, luego nos aprontamos para dormir y así lo hicimos. Llego el momento de pasar la aduana para entrar a Uruguay, fue más rápido esta vez el trámite, cruzamos el puente y ya estábamos prácticamente en casa, los bailes, la música y el juego seguían al igual que las diferentes conversaciones. Tramo final, algunos se bajaron en el camino, y los que quedamos lo hicimos en el destino, nos saludamos y cada uno a su casa. Yo al igual que los demás mayores tuvimos la oportunidad de conocer a los menores y juveniles que no conocíamos y que ellos nos conozcan como personas y no como la figura atlética que representábamos, el viaje fue todo positivo, y es lo lindo que te deja este deporte. 

martes, 18 de febrero de 2014

¿Nivel II o Cross Country?


¿Nivel II o Cross Country?


Después de mucho tiempo sin escribir nada aquí, vuelvo con todo lo que pase desde la última entrada hasta aquí.La última fue en san silvestre que fue el 31 de diciembre, ha pasado mucha agua bajo el puente, también algo de basura y rocas, empecemos por el principio.
En la última les comentaba que correría san Fernando, y así lo hice,  si recuerdan esa carrera, había mucho calor y humedad,  la gran mayoría corrió por encima de su tiempo normal, lo que es contradictorio en una carrera rápida como lo es esta, ¿qué pasó entonces?  Voy a hablar de mí y si quieren pueden comentar que les pasó a ustedes. No llegaría en buena forma, eso lo sabía hasta antes de parar unos días para descansar en diciembre, además de que la elite uruguaya la preparó, cada uno a su manera pero lo hicieron, querían correr rápido esa carrera, yo iría con la bala que me quedaba en la recámara, pero carreras son carreras, y un día podes estar iluminado, que no fue ese justamente, jaja. Hablando en serio y no quiero abarcar mucho en esta parte, corrí, Salí en punta como siempre lo hago, con mi hermano y el cubano Aguelmis, atrás,  Santiago Casco, Pablo Gardiol, Andrés Zamora y Santiago Godoy, a eso se le sumaba el argentino  Federico bruno y el chileno Víctor Aravena, estos dos con un nivel excepcional. Me sentí bien hasta el km 3, donde se hizo un cambio de ritmo y se empezó a desparramar el pelotón, yo iba de los pelos, y los perdí, se me fueron unos 30 metros y trataba de acomodarme nuevamente para no perder distancia. Km 4, seguí igual, a esa altura más que de los pelos estaba calvo, pasé el km5 y dije, esto no es para mí! Y saque cuentas, me faltan 5Km que necesidad tengo de morirme como lo venía haciendo, además de terminar corriendo por encima de 3:10/km, seguí trotando hasta que me alcanzara uno de mis alumnos, correría con el haciéndole de liebre, lo hice pero también se me murió él, no corrió mal, pero veníamos para hacer su mejor marca. Ahí se terminó mi san Fernando, con 33:30.
Diez días después me inscribí en la New Balance Adventure Race, como dice su nombre, es de aventura, un circuito muy duro al comienzo, y cuando te recuperas porque vienes bajando tienes unos 15km o más de llano donde también hay que correr, y fuerte. Corrimos con mi hermano en punta toda la carrera, y definimos a último momento quien ganaría, esta vez me toco a mi.

Luego de eso no volví a competir, solo quería entrenar, para acumular kms, cansancio, dolores musculares, etc., realmente  lo hice. Paso una semana dura, donde volvían  a dar de a tres cifras los km semanales, con más dolores que España pero siguiendo la línea. Semana previa al selectivo de Cross Country, doble turno, un estímulo solo a 72hrs de la competencia, no me sentía fuerte como un roble pero sabía que el plato fuerte seria el sudamericano, no el selectivo ya que corriendo estaba adentro, y me quedarían  3 semanas para poder levantar el nivel, pero se suspendió y se pasó  dos semanas después , para mí era lo mismo o mejor  pero no había tenido en cuenta que iba a hacer el curso de Entrenador SFCE  Nivel II IAAF, el año pasado había hecho el Nivel I y fue duro, por la sencilla razón de que tuve que aprender muchas cosas teóricas, y practicas no solo a lo que conocimiento se refiere, sino enseñarle a mi cuerpo que solo sabe correr, a saltar y lanzar. Los días terminaban con dolores por todos lados! Ese fue el Nivel I, ya este año con el Nivel II las cosas serían diferentes, no lo haría en Montevideo, que al principio me pareció que era algo molesto ya que debía dejar algunas obligaciones, pero resultó todo lo contrario, porque una vez que viajamos a Fray bentos y nos instalamos nos dimos cuenta que no pudo ser mejor, para el que no conoce el polideportivo  de esa ciudad, es como una casa, dos cuartos grandes que son los hospedajes, uno para hombres y el otro para las mujeres, las puertas de entrada de ambos daban a un salón donde funcionaba de comedor y salón de los teóricos, además los cuartos tenían numerosas camas con excelentes colchones, algo que nunca esperas en lugares así, acolchados limpios y nuevos, aire acondicionado, baño y duchas, era perfecto. Llegamos el primer de los 12 días que estuvimos allí  al mediodía con una lluvia tremenda, no instalamos en el cuarto, almorzamos y dormimos una siesta. Comenzábamos a media tarde las clases después del almuerzo por lo que nos daba para dormir una siesta y levantarnos bien, sin dolores y más descansados, pero locos de sueño en clase jaja. Las clases eran de 8:30 a 12:30 y de 16:00 a 20:00 aproximadamente, las cuales se dividían por materias como quien dice, en este caso las pruebas, más algunas cosas  teóricas más, era un teórica por prueba, una práctica y la última también era practica pero en esta ocasión nosotros los alumnos dábamos la clase de la prueba que se había dado. Luego de terminar el día de clase, con mi hermano y Martin Mañana debíamos salir a entrenar, la sensación y lo que más decíamos mientras corríamos era, ‘’no puedo ni con las patas’’ sin embargo nos rebuscamos para entrenar lo mejor que pudiéramos.  En la noche nos dormíamos tarde, pasada la medianoche, porque algunos estudiaban, y los demás aprovechaban para conversar de todo un poco, a la mañana siguiente y como cada día el desayuno seria a las 8:00. Día 2 suena el despertador a las 7:00 (yo diciendo por dentro quien fue el HDP que puso tan temprano el despertador) se levantaron, yo seguía acostado y algunos otros también, que finalmente nos levantamos a las 7:50, desayunamos en diez minutos y nos quedaba un rato aún para volvernos  a acostar. Día 3, tras un acuerdo la noche anterior  el despertador sonó a las 7:50 cosa de levantarnos y desayunar de una, también pasaba cuando entrabamos a clase luego de la siesta, era levantarse 15:55, lavarse la cara agarrar el libro y sentarse en la silla del salón, cabe destacar que las mujeres compañeras del curso llegaban siempre tarde jaja. Así fueron pasando los días, un par de días salimos de noche a recorrer la ciudad en manada, se armó un buen grupo, un grupo compañero, donde la mayoría se conocía del atletismo pero nunca habían compartido algo así, y creo que eso nos unió como compañeros y como entrenadores. Nos pasábamos los apuntes, nos ayudábamos en los prácticos y seguíamos hablando de atletismo, en todo lo que teníamos libre, eso sí, los varones nos tomamos un tiempo para contar chistes y decir groserías! Compartimos algunos entrenamientos y salidas, eso es lo que más disfruté del curso, pero no todas eran maduras, y como había contado sobre el Nivel I, me costó a nivel muscular adaptarme a los movimientos nuevos que no fuera correr, saltar me dejó un gemelo que ni tocármelo podía, las vallas una contractura en un isquiotibial que por suerte Berenice Da Silva me ayudo a combatir dándome masaje, también en los prácticos trate de cuidarme esa zona ya que tenía el selectivo de Cross Country,  era al otro día de terminar el curso, debía tener la entrevista el ultimo día donde me dirían si aprobé o no y tendría que venirme volando a Montevideo a descansar unas horas y correr el Cross. Aprobé el curso, estaba más tranquilo, ahora solo tendría que irme a casa y descansar para poder correr lo mejor posible la carrera, en el bus viajamos juntos, mi hermano, yo, Martin Mañana y Federico, un compañero del curso, tras tres horas de charla en el viaje, me empezó a dar sueño, también me estaba muriendo de hambre, pero no me quería dormir para cuando llegara a casa poder dormir una buena siesta, lo hice, dormí dos horas y me quede acostado otro rato, merendé y apronte las cosas para la carrera. Cuando llegue al lugar donde se corría, estuve con gran parte de los que hicieron le curso conmigo ya que tenían atletas que también competirían, yo me sentía muerto, me dolía todo y solo esperaba que me dieran las fuerzas para terminar la carrera dentro de los primeros seis lugares para poder clasificar. Largamos, los seis que estábamos con chances de clasificar más dos juveniles que corrían menos distancia en la punta, la primera vuelta se corrió pero nadie arriesgaba nada, la segunda sentía que necesitaba correr un poco más rápido, la moví un poco, hubo unos seis segundos de diferencia con la primera, pero en la tercera ya empecé a sentir la molestia  en el isquiotibial, y si bien trataba de no pensar mucho en ello, se me fue apretando hasta no dejarme mantener el paso, la punta siguió con tres atetas, Pablo Gardiol, Santiago Casco y Andrés Zamora, detrás tenia a mi hermano y a Santiago Godoy, esos éramos los seis que formaríamos la selección mayor.  Cuarta vuelta, mi isquio seguía recordándome que lo tenía ahí, pero se calmó, ahí pude levantar un poco y dejamos atrás con mi hermano al sexto, yo terminé quinto y él cuarto. No pude correr mejor de lo que lo hice, sentí enormemente la fatiga de las dos semanas del curso, no es excusa, era realidad, pero sabía que la semana que viene tendría a mi masajista tratándome de acomodar todo lo que estuviera mal para llegar lo mejor posible al sudamericano, y también…creer en la supercompensación.